Me vuelve a ocurrir que cuando termino estos talleres siento que el lenguaje con que los ofrezco, no refleja la experiencia que se vive.

Entiendo por integrar el invitar a las personas a poner más de si en el juego creativo y participativo de inventar la realidad del trabajo, sabiendo que el talento de las personas subyace sobre una estructura organizacional que se está moviendo desde una de maquinaria industrial, a una de organismo vivo humanizante.
Las redes sociales operan como un verdadero trampolín humanizante de las empresas, tanto a su interior, como en su relación con el mundo al que sirve.
Las personas son invitadas a desplegar su talento, a implicar más sus emociones en la acción, cuidando el cuerpo de sus vidas privadas como factor equilibrante esencial.
De ahí que es esperable que aparezcan organismos sociales productivos, articulados en base a redes sociales de personas o entidades autónomas, que cimentadas sobre infraestructuras valóricas y tecnologías de la comunicación, emerjan como alternativas competitivas en el mercado, influyendo a empresa asentadas en los esquemas tradicionales, jerárquicos y con el foco puesto en aumentar el patrimonio de sus dueños, a incorporar elementos de estos organismos sociales centrados en el talento humano y potenciados por las tecnologías de la comunicación.
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