lunes, 28 de enero de 2008

¿Quien sabe para quien trabaja?

Vuelvo a leer el Cluetrain Manifiesto de 1999 y quedo sorprendido de lo visionario de sus autores, uno de los cuales es David Weinberger, que acaba de lanzar un nuevo libro acerca del poder del caos digital (recomiendo ver el video en el link (no funciona: mejor este)).

Estamos en el año 2008 y al mirar la escena local pienso en cuanto nos falta para llegar a asumir que este Manifiesto es lo que viene y no hay fuerza que logrará impedirlo. Bueno, el orden establecido se resistirá protegiendo sus logros como seguramente cualquiera lo haría.

Lo que me ha llevado a estos temas es un artículo titulado Empresa 1.0, mercado 2.0 de Antoni Gutiérrez-Rubí. En el el autor habla del sentimiento de emancipación personal que están viviendo los profesionales con las tecnologías de redes sociales (blogs, wikis, Facebook, etc.) con lo que empiezan a entender que trabajan en definitiva para si mismos, aunque compartan temporalmente su proyecto profesional y de desarrollo individual en tal o cual empresa por un período concreto.

Hace en definitiva un llamado a la organización, que bloquea la libertad y la creación del capital humano, que entienda que el nuevo poder esta basado en el mérito y la creación en la participación.
Suelo ver personas que al descubrir el mundo que se les abre para su personal desarrollo a través de la red, se quedan mirando a la empresa que los restringe y exprime con el mismo menoscabo que los alumnos miran al sistema educacional.

En Estados Unidos, el 50% de los menores de 30 años ha creado contenido digital en Internet y el 25% tiene su propio blog o participa de redes sociales. Esto ha traído nuevas exigencias ético-sociales sobre las compañías, ya que el entorno se ha puesto mucho más transparente y comentado sin reservas por parte de los consumidores-ciudadanos según la experiencia que han tenido con los productos y servicios de las empresas.

Empleados con activos blogs en el espacio público, con opinión y acceso a cuanto contacto les sirva a sus intereses sociales o profesionales; ¿cómo se verá esto contrastado con empresas restrictivas a su participación e interconexión interna y externa?

1 comentario:

Antoni dijo...

Gracias por el comentario.
Un abrazo
Antoni Gutiérrez-Rubí